nosotros
¡Hola! Bienvenidos y bienvenidas a LOW TOX in the city, un espacio en donde encontrarás información para comenzar a vivir con menos tóxicos dentro de una ciudad. Sin agobios, poco a poco y sin que nos cueste mucho dinero. Desde la ALIMENTACIÓN, el bienestar del CUERPO y la MENTE, pasando por la COSMÉTICA y productos para el HOGAR.
En este espacio hablaremos sobre todos los ingredientes que necesitamos sumar y restar en nuestra vida para liberarnos de tóxicos.
Y lo hacemos desde la información, desde lo aprendido y lo que se va aprendiendo, descubriendo.
Queremos divulgar sobre cómo llegar a tener una vida saludable y limpia dentro en las ciudades.
Siempre, SIEMPRE ante cualquier duda sobre la salud, hay que consultar con un médico.
LOW TOX in the city, un nuevo camino
Comienzo esta nueva andadura, una más de todas las que he creado en los últimos años. Creo que cada una me ha acompañado en diferentes momentos de mi vida pero siempre con la necesidad de emprender, de hacer cosas nuevas, de plasmar nuevas inquietudes, de mejorar. Siempre.
Y lo hago aplicando herramientas que he ido cosechando a lo largo de mi vida, temas que me apasionan y que he incorporado hasta hacerlas un hábito o bien que las tenía allí, en un rincón y que vuelvo a reflotar. Comienzo con la idea de reducir los tóxicos en mi vida.
A nivel alimenticio lo he puesto en práctica en los últimos 4-5 años. Comencé a cambiar de hábitos. Menos precocinados, menos comida procesada y más comida REAL.
Al principio se hace muy difícil. El sistema está creado para mantenernos enfermos. Enfermos por la comida o por esta nueva vida que nos han vendido en la que “ellos” nos lo hacen fácil a nosotros, nos solucionan la vida, nos cocinan, nos quitan la necesidad de tener que pensar en qué comer, porque nosotros somos personas muy ocupadas y no podemos pensar en ello. Yo misma he pasado muchos años sin pensar en qué iba a comer (y digo comer y no nutrirme). Comiendo precocinados aún siendo vegetariana y solo pensando en no comer carne. En comer “sustitutos”. Y con el tiempo cambié. Me di cuenta que hay que pensar mucho en lo que uno va a comer porque lo que nos metemos en el cuerpo es lo que va a hacer que nuestro cuerpo funcione de manera correcta y no enferme, es más, se cure…
Después de unos años concientizada en los beneficios de una buena alimentación y de hacer ejercicio, llevando varios protocolos para ganar salud, curar mi psoriasis, mantenerme en un peso saludable y desintoxicarme (con ayunos, dieta cetogénica y lox carb), quiero ir más allá. Empiezo a pensar que los tóxicos no entran en nuestro cuerpo solo desde la alimentación. Los tóxicos también se encuentran en nuestros pensamientos, en lo que nos ponemos en la piel, en lo que olemos, incluso en lo que vemos… Vamos que tenemos todos los sentidos intoxicados por esta vida moderna…
Soy consciente de que todo sería más fácil si me planteara irme del sistema: Vivir en el campo, sembrar tomates (ecológicos, por cierto) y vivir una vida más tranquila y más pura, con menos estrés, con menos coches, con menos ruido. Pero no es posible, por lo menos no para mí, y seguramente tampoco para la gran mayoría de las personas que vivimos en las grandes ciudades.
Y entonces pienso:
¿Cómo vivir de una manera menos tóxica en una ciudad?
Tengo psoriasis desde hace 30 años. Siempre me dijeron que era una enfermedad autoinmune y que estaba muy asociada con el estrés. Y es verdad que tiene un factor muy vinculado a la mala gestión del estrés, pero también tiene otro montón de factores: alimentación, sistema digestivo, microbiota, permeabilidad intestinal… Ufff… Tantas cosas… En los últimos años he estado leyendo muchísimo acerca de estos temas… (y lo que me queda!), y cada día me resulta más apasionante.
Por cierto desde donde os hablo es desde una persona llena de curiosidad, de inquietudes, que simplemente ha leído bastante y sigue leyendo y aprendiendo todos los días para ver de qué manera vivir de una manera más saludable. Yo no soy ni médica, ni psicóloga, ni nutricionista… Profesionalmente soy actriz y periodista y personalmente soy una persona inquieta y emprendedora que quiere compartir todo lo que va aprendiendo en base a la experiencia y la investigación.
Me gustaría muchísimo que podamos ir aprendiendo juntos. Poder investigar y difundir sobre vuestras inquietudes también.
Seamos conscientes de lo que estamos consumiendo, seamos conscientes de lo que nos han vendido como la revolución del «lo hacemos por vosotros», desde la comida hasta los productos creados para nuestro bienestar. Los 5 sentidos contaminados: olfato (perfumes, fragancias), vista (violencia, televisión), táctil (suavidad de la ropa y de la piel), oído (ruidos, sirenas, alarmas) y por supuesto el gusto (procesados, químicos, azúcar). Nos están bombardeando los sentidos y nos están enfermando. Volvamos… Mejor dicho, REINVENTEMOS: reciclemos conocimientos y evolucionémoslos. Hagamos un futuro limpio, sano, sin aditivos. Vivamos más de la mejor manera posible. Limpiemos de una forma natural nuestro cuerpo y nuestro hogar. Vivamos de otra forma. No nos conformemos. Seamos dueños de nuestro propio bienestar.
Como os decía, tengo psoriasis desde los 15 años. La gente me decía: “vete a vivir al mar”, porque claro el mar y el sol siempre me hizo bien a la piel (bueno, y a más cosas, claro…) ¡Yo vivo en Madrid! Y mi profesión, mi vida y la de mi familia están desarrolladas en una ciudad grande. Es por esto que, desde hace un tiempo no paro de pensar en cómo hacer para que la ciudad no me afecte, para que la ciudad juegue a mi favor y cómo hacer para vivir al margen del estrés y de los tóxicos que acompañan a la vida moderna en la ciudad.
- Tengo niñas en edad escolar y necesito vivir donde vivo.
- Tengo una vida que me gusta: amigos, trabajo, entorno.
- Tengo una VIDA hecha donde VIVO. Y creo que muchos de nosotros estamos en la misma, no?
Entonces se me viene otra vez la misma pregunta: ¿Cómo hacer para vivir en una ciudad con la menor cantidad de tóxicos? ¿Cómo transitar el cambio, sin agobios, creyéndolo posible, haciéndolo poco a poco, sin que suponga un gran desembolso económico y pero viendo resultados a corto plazo?
¿Porqué no empezamos averiguando cuáles son los ingredientes tóxicos que le estamos introduciendo a nuestro cuerpo y a nuestra mente y empezamos a limpiar?
Hagamos una lista de tóxicos que entran por nuestros 5 sentidos: Desde nuestro escritorio, nuestra cocina, nuestros pensamientos, esa crema que utilizas por la noche, ese programa de TV que te llena de basura…
Poco a poco, vayamos limpiando, eliminando, poco a poco.
¿Me acompañas? ¿Me acompañas en este viaje, en esta limpieza, en este buen hacer para nuestro ser? Para que las próximas generaciones aprendan de lo bueno que nosotros hemos hecho? Tenemos la “obligación” de enseñarles a nuestros hijos a ser personas lo más limpias posibles. Física y mentalmente… No dejemos que les vendan lo mismo que a nosotros. Hagamos un esfuerzo y empecemos ya.
La inspiración de comenzar este nuevo emprendimiento me llegó a raíz del libro “LOW TOX LIFE”. , de Alexx Stuart. Aunque creo que el libro fue el detonador, porque siento que todo lo que fui haciendo en estos años me trajo hasta aquí. Que todas las vivencias, que todas los trabajos que hice, las herramientas que aprendí me trajeron aquí. He aprendido y trabajado sobre diseño gráfico, video, redes sociales… hasta he creado una tienda online con productos Montessori para niños y bebés (hechos por mis propias manos!)
Así que, una vez más, estoy fusionando herramientas, ideas, lecturas, muchas lecturas sobre crecimiento personal, sobre una nueva forma de alimentarme, de cuidarme, de entenderme, y de sanarme de las grandes mentiras que nos han inculcado.
Es increíble cómo nos van intoxicando desde la industria alimentaria, cosmética, de higiene. La industrialización ha llevado a que los diferentes eslabones de la cadena, en su afán de sacar más y más beneficios, bajen la calidad de los alimentos y de los productos de manera que lo paguemos nosotros, el consumidor final. Menos calidad y precio, claro, porque evidentemente uno hoy en día puede encontrar calidad, pero pagando más dinero…
Mucho más dinero que lo que compras en un supermercado…
Además, carnes explotadas en macrogranjas, frutas y las verduras: llenas de glifosato (un herbicida de amplio espectro utilizado en la agricultura) envenena las frutas y verduras que consumimos y es muy utilizado con la excusa de matar las malas hierbas antes del cultivo, lácteos llenos de hormonas…
Tenemos una alimentación repleta de tóxicos.
Tóxicos que entran en nuestro cuerpo y que luego tenemos que limpiar nosotros.
Me interioricé por estos temas a raíz de mi psoriasis. Comencé a leer y a investigar (aunque aún me queda mucho recorrido) para saber qué era lo que me podía estar pasando. El porqué de los brotes, más allá de lo emocional. Y llegué a un lugar que nunca había escuchado antes: la permeabilidad intestinal (que genera que las paredes de los intestinos no estén tan fuertes y no funcionen como una barrera protectora, por lo tanto ciertos alimentos (y toxinas) pasen al torrente sanguíneo.
Me interioricé también en el tema de la microbiota, esos bichitos buenos que tenemos dentro y que son tan necesarios. Esos que cuando tomamos antibióticos o laxantes y no repoblamos con probióticos, nos dejan indefensos. Por favor no te automediques…
Empecé a leer sobre estos temas, diferentes autores pero varias similitudes: dieta antiinflamatoria, que incluye poco o nada de:
– Gluten (más allá de si eres tolerante o no) y es que volvemos a lo mismo que antes: el trigo que se come no es el mismo trigo que hace años cuando se hacía un pan bastante más saludable, con otro tipo de fermentación y con un trigo que no estaba tan modificado genéticamente. Y que no sentaba mal. Porque hoy en día, todos conocemos personas a las que no les cae bien el gluten, ¿porqué será?
– Lácteos, bueno a mi me cuesta muchísimo quitarlos de mi dieta pero sí que he tenido momentos en donde los he ido eliminando. Voy y vuelvo. Los lácteos pues lo mismo: las vacas están alimentadas a granos y están llenas de antibióticos, los lácteos ya no son los de antes, de cuando mi madre me decía que pasaba el lechero por la puerta de su casa y que le vendía una leche buenísima, que traía muchísima nata, estaba recién ordeñada, era del día, era más natural y no sentaba mal. Ella me contaba que con esa leche que compraban se hacían todos los lácteos que se consumirían luego: hacían queso, requesón, mantequilla…
Y el resto se hervía para que durara más. Por supuesto era leche de vacas alimentadas con pasto…
Hoy en día no nos podemos plantear este ritmo de vida, porque, todos trabajamos mucho. Y la vida va muy rápido y no podemos pararnos a cocinar todos los días varias horas, ni siquiera a organizarnos para tener una materia prima mejor. Comprar todos los días al productor directamente…
– Y por último el azúcar. El azúcar es ese veneno blanco que algunos comparan con la cocaína, totalmente adictiva y que hace mucho daño… ¿Pero por qué hace tanto daño? Pues por la misma razón que hablamos antes. Aunque en este caso no es solo por la industrialización de esta materia prima. Resulta que también la han introducido en absolutamente todos los alimentos/productos/precocinados. Por favor, no creas que yo soy de esas personas que están todo el día en la cocina y que no compran nada de precocinados. Bueno, lo cierto es que ahora intento no comprarlos, pero a veces es complicado. Solo soy una persona que intenta y que todos los días realiza pequeños cambios para ir mejorando. No puedo cambiar todo. Yo tengo que trabajar, no puedo estar todo el tiempo en la cocina. Pero procuro pensar constantemente en una manera mejor de hacerlo. Cuando hablo del azúcar MALO, no estoy hablando de la fruta. Ojo, la fruta con toda su fibra, la fruta entera. Esa está bien. Hablo del azúcar refinada, esa que meten a todo, hasta al tomate frito, los cereales de desayuno, los yogures… TODO con tal de hacer más palatable la comida… Y una vez más, esto antes no pasaba…
A nivel alimentación y sobre todo a nivel toxicidad, parecería que las marcas, se excusan en que ellos te ofrecen un producto con un VDR (valor dietético de referencia) que está bien, que en las cantidades que contiene ese producto, no es nocivo… Pero claro… Si vamos sumando lo que consumimos durante todo el día… Pues esos valores están muy por encima de lo que nuestro cuerpo puede absorber sin peligro. Sin acumular más tóxicos de lo que puede limpiar…
Yo hace unos años que le hice un poco de guerra al azúcar. Es difícil. Es muy difícil. En casa, hace unos años se bebía casi exclusivamente coca cola… Recuerdo cuando nos “desenganchamos” que lo pasamos mal. Bueno, también fumábamos y lo hemos dejado… Tampoco se nos ocurre volver a hacerlo… Una mezcla de asco y no poder creer haberlo hecho tanto tiempo. Tanto tiempo intoxicando nuestro cuerpo desde tantos lados diferentes…
Y aquí estoy… Habiendo hecho un cambio de hábitos alimenticios, moviéndome más, bajando mis niveles de toxicidad en el aire de casa, cuidando mucho qué me pongo en la pìel, intentando aprender a gestionar el estrés, cuidando qué veo y qué no, leyendo, aprendiendo, creciendo personalmente.
Mi detonante fue el querer saber más sobre el porqué de mis brotes de psoriasis… El querer sanar. El entender que la sanación no será solo de afuera hacia adentro sino que también es de adentro hacia afuera.
Y para ti… ¿Cuál es tu detonante? ¿Por qué quieres cambiar?
DIVULGAMOS SOBRE SALUD, ALIMENTACIÓN, SOSTENIBILIDAD, COSMÉTICA y HOGAR LOW TOX