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Grounding: conectar con la tierra

El grounding, también conocido como earthing, es una práctica que consiste en entrar en contacto con la energía de la tierra a través de nuestros pies, generalmente caminando descalzos sobre hierba, tierra o arena. Se sostiene que esta conexión con la tierra puede tener varios beneficios para la salud, como la reducción de la inflamación, la mejora del sueño, el aumento de la energía, el equilibrio del sistema nervioso y la mejora en la cicatrización. Además, el grounding es una técnica útil para reducir la ansiedad, ya que ayuda a reconectar con el presente y a regular los estados de ánimo y las emociones.

¿Cuáles son los beneficios del grounding?

El grounding, o earthing, ofrece varios beneficios para la salud, que incluyen:

  • Reducción de la inflamación: al absorber electrones de la tierra, puede contribuir a aliviar dolores crónicos y mejorar la salud general.
  • Mejora del sueño: muchos practicantes reportan un descanso más profundo y reparador.
  • Aumento de la energía: la conexión con la tierra puede reducir la fatiga y mejorar el estado de ánimo.
  • Equilibrio del sistema nervioso: ayuda a regular el sistema nervioso, disminuyendo los niveles de estrés y promoviendo la relajación.
  • Mejora en la cicatrización: se ha observado que el contacto con la tierra puede acelerar la cicatrización de heridas.

Además, el grounding es útil para reducir la ansiedad, ya que ayuda a reconectar con el presente y a regular los estados de ánimo y las emociones

¿Cómo se practica?

La práctica del «grounding» o «earthing» implica conectar el organismo a la tierra a través del contacto directo de la piel con el suelo. Algunas formas de practicar el grounding incluyen:

  • Caminar descalzo sobre la tierra, hierba o arena.
  • Utilizar dispositivos específicos, como sábanas o mats para apoyar los pies mientras se trabaja, que simulan la conexión a la tierra.
  • Bañarse en la naturaleza, como en el mar, ríos, lagos o aguas termales.
  • Realizar actividades como la jardinería, que permiten el contacto directo con la tierra.

Es importante tener en cuenta que el efecto real del grounding puede variar de persona a persona, y se recomienda consultar a un profesional de la salud antes de comenzar a practicarlo, especialmente si se tiene alguna condición médica preexistente.