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Protector solar para niños: ¿Qué poner en la piel de nuestros hijos?

A la hora de elegir un buen protector solar para niños, es importante tener en cuenta algunos factores clave.

Pautas para elegir un protector solar para niños

  1. Amplio espectro: Asegúrate de que el protector solar ofrezca protección de amplio espectro contra los rayos UVA y UVB. Esto significa que protegerá la piel de tu hijo tanto de los rayos que causan quemaduras solares (UVB) como de los que pueden causar daños a largo plazo (UVA).
  2. FPS adecuado: Elige un protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30. Un FPS más alto proporcionará una protección adicional, pero ten en cuenta que ningún protector solar bloquea el 100% de los rayos UV.
  3. Ingredientes seguros: Busca protectores solares que utilicen ingredientes suaves y seguros para la piel de los niños. Un ingrediente seguro podría ser el óxido de zinc, un protector físico y que no se absorbe en la piel. Aquí tienes una receta de protector solar casero a base de óxido de zinc, cera de abeja, aceite de coco y aceite esencial de lavanda.
  4. Evita ciertos ingredientes: Es importante evitar ciertos ingredientes que pueden ser irritantes o dañinos para la piel sensible de los niños. Algunos ejemplos son los parabenos, ftalatos, fragancias y colorantes artificiales. Lee las etiquetas y evita aquellos productos que contengan estos ingredientes.
  5. Resistente al agua: Opta por un protector solar resistente al agua, especialmente si tu hijo va a estar en la playa, la piscina o sudará mucho. Sin embargo, recuerda que incluso los protectores solares resistentes al agua deben volver a aplicarse después de un tiempo o después de nadar.
  6. Aplicación adecuada: Asegúrate de aplicar suficiente protector solar para cubrir toda la piel expuesta de tu hijo. Sigue las instrucciones del fabricante, pero generalmente se recomienda aplicar al menos una onza (30 ml) de protector solar, unos 15 minutos antes de la exposición al sol. No olvides las áreas fácilmente olvidadas, como las orejas, la parte posterior del cuello y los pies.

Recuerda que, además de utilizar protector solar, es importante que tus hijos lleven ropa protectora, sombreros y gafas de sol, y que eviten la exposición solar directa durante las horas pico de radiación (generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m.).

Recomendaciones para la exposición al sol de los niños:

  1. Evitar la exposición durante las horas pico: Durante las horas pico de radiación solar, generalmente entre las 12 a.m. y las 4 p.m., la intensidad de los rayos solares es mayor y aumenta el riesgo de quemaduras y daños en la piel. Intenta limitar la exposición al sol durante este período y busca sombra siempre que sea posible.
  2. Ropa protectora: Viste a tus hijos con ropa adecuada para proteger su piel del sol. Opta por prendas de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha para proteger los brazos, piernas, cuello y cabeza. Elige tejidos de algodón ligeros y transpirables que brinden cierta protección contra los rayos solares.
  3. Uso de sombrillas y toldos: Si estás al aire libre, especialmente en la playa o en parques, utiliza sombrillas o toldos para crear zonas de sombra. Esto proporcionará un refugio donde tus hijos puedan descansar y protegerse del sol.
  4. Gafas de sol: Protege los ojos de tus hijos con gafas de sol que bloqueen los rayos UVA y UVB. Elige gafas de sol especialmente diseñadas para niños que se ajusten bien y tengan protección UV adecuada.
  5. Protector solar: Aplica un protector solar de amplio espectro con un FPS de al menos 30 en todas las áreas expuestas de la piel de tus hijos. Asegúrate de cubrir correctamente el rostro, los brazos, las piernas y otras áreas expuestas. Reaplica el protector solar cada dos horas, o con más frecuencia si tus hijos están nadando o sudando.
  6. Evitar las camas de bronceado: Las camas de bronceado emiten radiación ultravioleta dañina y no son seguras para los niños. Evita el uso de camas de bronceado en todos los casos.
  7. Hidratación adecuada: Asegúrate de que tus hijos se mantengan hidratados bebiendo suficiente agua, especialmente durante la exposición prolongada al sol. El calor y la exposición al sol pueden provocar deshidratación, así que anima a tus hijos a beber agua regularmente.

Recuerda que cada niño es diferente y puede tener diferentes necesidades de protección solar. Si tienes alguna preocupación específica o alguna condición médica, es recomendable consultar con un dermatólogo pediátrico para obtener recomendaciones personalizadas.

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