Receta de yogur casero
Con esta receta de yogur casero nunca más vas a querer comprar yogur comercial lleno de conservantes! Hacer yogur en casa es un proceso relativamente sencillo y requiere solo unos pocos ingredientes.
¿Qué es el yogur natural?
El yogur es un producto lácteo que se obtiene mediante la fermentación bacteriana de la leche. Las bacterias beneficiosas, principalmente Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, se introducen en la leche y convierten la lactosa (azúcar de la leche) en ácido láctico. Este proceso de fermentación es lo que espesa la leche y le confiere el sabor y la textura característicos del yogur.
El yogur es apreciado por su sabor agradable, su textura cremosa y su valor nutricional. A menudo se considera una fuente rica de proteínas, calcio, probióticos y otros nutrientes esenciales. Los probióticos son microorganismos vivos que pueden brindar beneficios para la salud intestinal y el sistema digestivo, ayudando a mantener un equilibrio bacteriano favorable en el tracto gastrointestinal.
Ingredientes para la receta de yogur casero
- 1 litro de leche fresca* (mejor si es entera) de vacas alimentadas a pasto.
- 2 cucharadas de yogur natural sin endulzar (como cultivo inicial). Luego, podrás usar dos cucharadas del yogur que ya has hecho por primera vez.
- Opcional: azúcar, miel o edulcorante al gusto (para endulzar el yogur después de hacerlo).
*Si buscas un yogur lleno de probióticos, debes utilizar leche fresca porque está pasteurizada a baja temperatura para eliminar solo los microorganismos nocivos y mantener las bacterias buenas.
Instrucciones para realizar la receta de yogur casero
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Preparación del equipo: Asegúrate de tener a mano los siguientes utensilios limpios: una olla grande, un termómetro de cocina (opcional), una cuchara de madera, frascos de vidrio con tapa (pueden ser frascos de yogur reutilizados o tarros de conservas limpios, ya sea grandes o individuales).
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Calentar la leche: Vierte la leche en la olla y caliéntala a fuego medio. Utiliza el termómetro para monitorear la temperatura. Calienta la leche hasta que alcance aproximadamente los 85-90°C (185-195°F). Esto ayuda a matar bacterias no deseadas y cambiar la estructura de las proteínas de la leche para obtener una textura más espesa de yogur. (Si no tienes termómetro, debes estar atenta cuando la leche comienza a hacer espuma, justo antes de hervir. Ese es el momento).
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Enfriar la leche: Después de alcanzar la temperatura adecuada, retira la leche del fuego y deja que se enfríe hasta que alcance alrededor de 43-46°C (110-115°F). Puedes acelerar este proceso colocando la olla en un baño de agua fría. (Si no tienes termómetro, mi madre me dió un truco: metes el dedo meñique dentro de la leche. Si aguantas 5 segundos sin quemarte, está a la temperatura correcta).
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Agregar el cultivo inicial: En un pequeño tazón, mezcla las 2 cucharadas de yogur natural con un poco de la leche templada. Luego, agrega esta mezcla al resto de la leche en la olla y revuelve bien para distribuir el cultivo.
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Incubación: Vierte la mezcla en los frascos de vidrio (grandes o individuales) y ciérralos con las tapas. Coloca los frascos en un lugar cálido donde puedan mantenerse a una temperatura constante durante el proceso de fermentación. Puedes usar un horno apagado con la luz encendida, un deshidratador de alimentos o simplemente envolver los frascos en una manta para mantener el calor.
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Espera y verifica: Deja que los frascos reposen sin moverlos durante al menos 6-8 horas, o hasta que el yogur alcance la consistencia deseada. Cuanto más tiempo lo dejes, más espeso será el yogur. Puedes verificar la consistencia con una cuchara: si el yogur se ha cuajado y tiene una textura firme, está listo. A mi me gusta dejarlo al menos 24 horas, así me garantizo que el yogur esté libre de lactosa.
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Refrigeración: Una vez que el yogur haya fermentado según tus preferencias, refrigéralo en los frascos con tapa. Esto detendrá el proceso de fermentación. Si deseas endulzar el yogur, agrega miel al gusto justo antes de consumirlo.
¡Listo! Ahora tienes yogur casero fresco y delicioso para disfrutar en cualquier momento. Puedes servirlo solo, con frutas, granola o utilizarlo en recetas diversas. Recuerda reservar un poco de este yogur para usar como cultivo inicial en tu próximo lote.
Yogur griego desde receta de yogur casero
Si quieres realizar yogur griego, puedes hacerlo de la siguiente manera. En el momento inicial, cuando calientas la leche, le sumas 100ml de nata y realizas el mismo proceso hasta que obtienes tu yogur.
Una vez tienes tu yogur casero ya fermentado por 24 horas, lo colocas en una gasa o paño limpio (sin suavizante en el lavado ni otras fragancias) en un colador y dejas que filtre todo el suero (no tires este suero, es riquísimo en nutrientes y muy bueno a nivel digestivo… Bébetelo!) durante mínimo 4 horas. Verás cómo se espesa y así vas consiguiendo tu yogur griego.
Labneh o queso de yogur desde receta de yogur casero
Una vez hecha la receta de yogur casero y fermentado 24 horas, lo colocas en una gasa o paño limpio (sin suavizante en el lavado ni otras fragancias) en un colador y dejas que filtre todo el suero (no tires este suero, es riquísimo en nutrientes y muy bueno a nivel digestivo… Bébetelo!) durante 8-10 horas. En este caso te quedará un queso cremoso. Si lo deseas aún más firme, déjalo filtrar/reposar por entre 24 y 72 horas o hasta que lo veas sólido. Puedes formar bolitas y ponerlas en aceite de oliva.